miércoles, 3 de febrero de 2010

Crónicas de Italia - Segunda parte

“La chaqueta de cuero” de Pavese, está narrado por la voz de Pino, un muchachito que aprende, tal vez, el oficio de gondolero mientras pasa su tiempo a orillas del Po, junto a una tienda que oficia de parador y donde él se ha hecho amigo de Ceresa, un barquero presentado como ejemplo de salud y buen carácter que acaba enamorándose de Nora, la patrona. Pino ha escuchado que los hombres dicen que Nora no es bonita. Pino no entiende por qué Ceresa se ha enamorado de Nora. Ceresa le dice que ya entenderá cuando sea más grande. Lo cierto es que Nora flirtea con un soldado, frente a los ojos de Pino, a espaldas de Ceresa. Una noche Ceresa y Nora discuten seriamente y al fin Ceresa acabará matando a Nora. Pino ha quedado con cierta sensación de culpa, por no haberle contado lo que sabía a Ceresa, pero su padre le aconseja que lo mejor es no decir una palabra de todo el asunto.

“Distanciamiento” de Corrado Alvaro, cuenta la historia de una muchacha que acaba de quedar viuda y decide ir al dentista, a sacarse una muela que ha estado mortificándole desde hace muchísimo tiempo. En la sala de espera del consultorio, conversa con otras mujeres que esperan para ver al dentista. Sin querer, les cuenta algunos pormenores de su vida íntima. La devoción que sintió por su marido fue tan grande, que le llevó a exiliarse del resto del mundo. Le preguntan de qué murió su marido. Ella responde que murió por celoso. Alguien dice que nadie muere por celos. La viuda se siente un tanto extraviada, sin embargo las demás mujeres le prestan consuelo enseguida, han creado un vínculo de amistad de manera instantánea.

“El viento en Toscana”, de Curzio Malaparte, es una especie de biografía de los distintos vientos que asolan Toscana. La descendencia y trascendencia de esos vientos. Desde un sentido literal, hasta un sentido metafórico.

“El dolor nocturno”, de Dino Buzzati, cuenta la historia de los hermanos Giovanni, de quince y veinte años. Carlo, el más grande de los dos, cae enfermo. Mientras su hermano le cuida y asiste, asegura escuchar un ruido por la noche. Su hermano, con la intención de darle y recibir consuelo, corrobora que no haya nadie en la casa, mas se encuentra con un desconocido que se instala con ellos. Un desconocido que no dice nada, ni pide nada. Simplemente se dedica a observar a Carlo. La situación es inusual, pero se desarrolla con naturalidad. A Carlo le incomoda aquél extraño contra el que, sin embargo, no pueden hacer nada. La situación volverá a repetirse, una y otra vez. Durante las noches, allí estará el extraño, observando a Carlo y a la mañana ya se habrá ido. Hasta que un día el extraño olvida venir y el dolor de Carlo tal vez se diluye.

“Llamado al comando”, de Italo Calvino, es una exasperante historia entre un prisionero de guerra desarmado del que se presume que ha servido como espía y su captor, rumbo al comando. La idea es que, una vez que el presunto espía declare ante el comando, podrá quedar en libertad. El asunto podría haberse resuelto sin sobresaltos, sin embargo suceden dos cosas que lo niegan. Primero, el camino que toman rumbo al comando se vuelve incierto y, segundo, la relación entre prisionero y captor se corrompe. No es posible saber si una cosa se debe a la otra o no. Quizás la situación que se ha establecido entre ellos nunca ha sido genuina. Quizás en una primera instancia lo haya sido, pero en algún momento dejó de serlo. Lo cierto es que la situación se vuelve cada vez más tensa hasta terminar en tragedia.

“Cuadros de viaje” de Heinrich Heine, son una serie de meditaciones, vaticinios y consideraciones diversas sobre Italia y más allá. La memoria de una muchacha y la sensación que produce la música de Rossini. Una anécdota quiere tal vez encerrar alguna alegoría incierta. El narrador le da una propina generosa a una arpista casual y la mujer le invita a quedarse con la rosa que adorna su pecho. La rosa tal vez no sea especial, pero de ningún modo ofendería la proposición de la mujer. El narrador, antes de agradecer a la mujer, piensa que no hay que estar con melindres y reflexiona: La mariposa no le pregunta a la flor si la besó ya alguien antes que ella, ni la flor a la mariposa si ha abrazado a otras con sus alas.


Y así pasan estas crónicas de Italia, como las horas, como la vida. Así pasan, así pasan…

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